vejiga.
 
Entre las diferentes enfermedades que pueden afectar a la vejiga urinaria destacan:
 

TUMORES DE VEJIGA

Los tumores vesicales son frecuentes, sobre todo en fumadores. Clinicamente suelen manifestarse por hematuria macroscópica (emisión de sangre con la orina visible a simple vista). Generalmente la hematuria no se acompaña de molestias miccionales y es de presentación ocasional. A veces puede acompañarse de la emisión de coágulos con la orina.

ca vesical Ca. vesical

Ante la presencia de hematuria, se debe realizar un estudio completo mediante diversas pruebas diagnósticas (ecografía, urografía intravenosa, citologías de orina, cistoscopia, etc) para establecer la causa de la hematuria.

El pronóstico y tratamiento varia según el grado de infiltración del tumor vesical.

ca. vesical estadios

a) Tumores superficiales (no músculoinvasivos)

Crecen hacia la luz de la vejiga, sin penetrar en la pared vesical. Con frecuencia son múltiples y tienen gran tendencia a reproducirse. El tratamiento de estos tumores consiste en la extirpación por via endoscópica (resección transuretral). Generalmente se trata de una intervención no compleja, con anestesia epidural y pocos dias de ingreso, realizandose a través de la uretra del paciente. El tumor extirpado es analizado para establecer el grado histológico del tumor (agresividad celular) y su profundidad. En el caso de ser superficial (no músculoinvasivo), en algunos casos se precisa iniciar posteriormente ciclos de quimioterapia o inmunoterapia a traves de la uretra (instilaciones vesicales) para reducir el riesgo de recidiva de estos tumores.

RTU vejiga

b) Tumores infiltrantes (músculoinvasivos)

Estos tumores se extienden en profundidad a la pared muscular de la vejiga. Son muy agresivos, con gran tendencia a extenderse localmente y diseminarse a distancia. El tratamiento habitual de estos tumores consiste en extirpar la vejiga completa con la próstata (cistectomia radical) asociandose a una linfadenectomia pelviana (extirpación de los ganglios linfáticos regionales). En la misma intervención se debe realizar una derivación urinaria para que el paciente pueda mantener su micción, existiendo diversas técnicas aplicables según cada caso en particular. Con frecuencia se puede realizar una neovejiga con un segmento intestinal para que el paciente pueda mantener su micción a través de la uretra. En otras ocasiones es preciso realizar una derivación no continente, realizandose la micción a través de un estoma en la piel.

Studer Bricker

A veces es necesario complementar el tratamiento quirúrgico con quimioterapia.

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CISTITIS

Cistitis aguda: su incidencia es elevada, afectando especialmente a la mujer. Se manifiestan por molestias al orinar, aumento de la frecuenca micciona y sensación de deseo miccional al finalizar la micción (tenesmo vesical). Deben ser tratadas con antibióticos, recomendandose monodosis, pautas cortas (3 dias) o pautas completas (7-10 dias) según cada caso en particular. En conveniente realizarse un cultivo de orina previo al incio del tratamiento para precisar el gérmen causal de la infección y la sensibilidad de los distintos antimicrobianos disponibles. Si no se tratan de forma adecuada, pueden complicarse con una infección renal (pielonefritis aguda).
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Cistitis recurrente: algunas pacientes son propensas a tener infecciones urinarias de forma frecuente. En estos casos, se debe realizar un estudio para descartar posibles patologías que justifiquen las infecciones. Cada caso debe ser individualizado, disponiendose actualmente opciones terapeúticas con resultados satisfactorios.

Cistopatias: existen una gran cantidad de patologías vesicales incluidas dentro del término de «cistopatias» (cistitis intersticial, cistitis eosinófila, cistitis enfisematosa, cistitis incrustante, etc.). Precisan de un diagnóstico adecuado para un tratamiento individualizado para cada caso concreto.

 

 

 

 

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